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Dra. Pimentel Ogando realizando Ultrasonografía. |
La ecografía no solo es un auxiliar diágnóstico ginecológico, además es una técnica de exploración que nos permite realizar un examen estructural del aparato locomotor y por ello es un elemento imprescindible para llegar al correcto diagnóstico en las lesiones que afectan al sistema músculo-esquelético, y poder establecer un pronóstico de la evolución en determinadas patologías.
La introducción en los últimos años de las nuevas sondas y transductores de alta resolución nos ha permitido obtener imágenes con una gran definición de los elementos anatómicos y de las alteraciones que se producen cuando existe una lesión[1][2]. También la aplicación del efecto doppler nos permite valorar el flujo sanguíneo que llega a las estructuras y la parición de una neovascularización anómala.
Las características de la técnica la hacen ser especialmente útil en el estudio del sistema osteomuscular (músculo, tendón, ligamento, cartílago, nervio, bursa, articulación) por ser una exploración que no produce irradiación sobre el paciente, es rápida, cómoda, no invasiva y dinámica, es decir, que podemos ver en movimiento (tiempo real) las estructuras lo que nos da información de su comportamiento con el ejercicio físico.
Ello permite ver su capacidad funcional y con ello detectar lesiones que de otra manera no podrían ser diagnosticadas[1],[3]. También es útil en el momento que tenemos que localizar una estructura para realizar un procedimiento terapéutico como una infiltración o la eliminación de cuerpos extraños (tendinitis calcificante).
La exploración mediante ecografía se considerada hoy la prueba de elección[4], para el estudio por la imagen de la afecciones del sistema osteo-músculo-articular[1,[2],[5].
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